El Gato Moro
Para los que no lo cnocen, el un caudillo correntino, que cambio en una sola la rudeza del gaucho provinciano y a la riqueza cultural intelectual de un porteño de clase alta (en aquellos tiempos los ricos eran en su mayoría intelectuales. Fue un escritor con perfil de cuadillo.
Nació el 21 de noviembre de 1904 en . En su estancia Santa Tecla, ubicada entre Ituzaingó y , con vista a las selvas paraguayas de la isla Talavera, escribió "Sucedió" (1938), "Poncho celeste, vincha punzó" (1940), "Puñado Yohá", "Payé" (1943) y "Cartas correntinas y otras yerbas".
Fue Ernesto Ezquer Zelaya, estanciero correntino, a quien por sus dotes de zapateador chamamesero, bautizó un español Gato Moro.
Supo ser a la vez escritor, poeta, reconocido tradicionalista en el noreste, columnista de La Nación, agregado cultural en la embajada argentina en Asunción, jefe de policía en Concordia y editor de Vincha*.
También llamado el Jefe de los Gauchos Correntinos, Zelaya fue tildado por Aparicio Almeida - después gobernador de Misiones - desde el periódico El Yunque como “explotador de peones”, lo que le significó un reto a duelo, que no prosperó.
La posguerra del 14, el crack de la bolsa norteamericana del 29, el golpe de Uriburu del 30 que inauguraba la Década Infame, la guerra del Chaco, la segunda guerra mundial, la revolución del 43, los enfrentamientos radicales y el surgimiento de Perón, dan un marco belicoso a los años en que Gato Moro se fortificó en Santa Tecla y Rincón del Rosario, a orillas del Paraná frente a la isla Talavera, y con su ejército de gauchos armados instaló su autodefensa que no dejó ni en manos de la policía ni de terceros.
Eran por supuesto días de duelos, escaramuzas y tiroteos, andaban los hombres doblemente armados de cuchillo y revolver.
De Ituzaingó a Puerto Bemberg, pasando por el rondadero de Candelaria, iba Zelaya con sus troperos arreando 1500 cabezas de ganado, que iba vendiendo y cobrando por el camino, en cada pueblo. En el Alto Paraná, coto de bandoleros, fueron sus clientes Otto Bemberg y Allica.
El caudillo correntino visitó muchas veces Posadas en la década del 40 donde solía frecuentar con sus acompañantes, vestidos de azul “liberal”, el Hotel Savoy.
Su agrupación tradicionalista, compuesta por 25 jinetes montados en caballos negros desfiló en esta ciudad, en 1948.
El escritor misionero Álvaro Lafuente recogió aspectos de su vida y trazó un amena semblanza de este personaje legendario, en su libro Gato Moro y su tiempo, (Posadas, 1995). Ernesto Ezquer Zelaya murió el viernes santo de 1951, a los 47 años
Apareció Vincha, hoja de tradición criolla, con el lema Soy gaucho y entiendaló, por primera vez, en noviembre de 1937. En sus cuatro páginas tabloide, incluía artículos en los que exaltaba valores y costumbres de la tierra, en franca oposición a la inmigración europea y norteamericana.
En sus secciones fijas, pueden leerse las Cartas Correntinas, estrofas del Martín Fierro, dichos y refranes en guaraní, pícaro Anecdotario, verdades de la ciencia autóctonas del campo Entre mate y mate (En los primitivos malones, los indios, al apoderarse de monedas de plata y oro, cuyo uso y valor desconocían, se las cosían con tiento a sus cintos para lucirlas. De ahí la costumbre gaucha del uso de la rastra y monedas en los cintos camperos), reseñas biográficas e ideológicas de figuras argentinas (San Martín, Belgrano, Pancho Ramírez, Rosas, Facundo Quiroga), y breves valoraciones de paisanos en la Galería del Gauchaje
Sus hombres llamados “ LOS ESQUERCEROS ”, por estar de cuerpo y alma, al servicio de Don Ernesto Esquer Zelaya; abogado, diplomático, escritor, poeta, criollo hasta la médula de sus huesos, caudillo adorado por sus hombres y temido por sus rivales, hombre capaz de producir grandes ideas y de ponerlas en práctica, seguidor fiel de las costumbres criollas, que había desarrollado una especial FOBIA hacia los GRINGOS y su cultura; era dueño, señor, amo y juez, en su estancia “ SANTA TECLA ”, donde la policía no entraba y los RUBIOS tampoco.
“Esquer: se denomina la bolsa donde se guardaban antiguamente la yesca y el pedernal ”.